martes, 10 de marzo de 2015

Ejercicio de un minuto para cuidar de ti mismo


Antes de poder atender a algo o a alguien, debo aprender a atenderme a mí mismo.

La dualidad de nuestra mente nos da la sensación a través de nuestros sentidos de separación, pero si profundizamos en la física cuántica todo lo que vemos, lo que nos rodea,  si vamos hacia afuera, ese todo en el exterior eres tú.

Cada persona es única y especial, pero en la ley del uno todo, somos un microuniverso en el macrouniverso. Cuando miramos a través del “yo” debemos entender que allí está la llave para mejorar y buscar nuestro propio cambio interior.

¿Por qué es eso tan importante?

Porque cuando dedicamos tiempo a nosotros mismos, cuando tenemos buen cuidado de nuestro “yo” de nuestra personalidad, nos sentimos más saludables y felices, y vibramos en forma positiva. Sólo entonces podemos atender a otras personas.

¿Qué les pasa a las personas tan infelices, tan desgraciadas, que sufren una fuerte depresión?

No hacen caso de nadie…, ni de sí mismas, ni de las demás, ni de nada de cuanto les rodea.

Justamente, eso es lo que les pasa, No hacen caso de nada. ¿Y qué les ocurre a las personas que están al lado de alguien que no hace caso de nada?

Es muy  deprimente.

Por tanto, las personas que cuidan mal de sí mismas también son perniciosas para los demás. Si cuidaran mejor de sí mismas, ¿no sería esto una ventaja para los demás?

¿Cuál es el primer síntoma de recuperación en un paciente deprimido?

Que empieza a cuidar de sí mismo. Recobra la costumbre de peinarse el cabello, por ejemplo, y mucho más, siente ganas de vivir…

En efecto. Las personas sanas cuidan de sí mismas; las enfermas, no.

Volvernos un  cuidador de nuestra mente, es tomar el control para tener consciencia a que información estamos expuestos. Tú también puedes hacerlo, si quieres, pero solo depende de ti.

Imaginemos, si te parece que eres el honrado cuidador de un bello jardín en una magnífica Finca, sería un buen ejemplo, esa seria tu mente. Gente de todo el mundo viene a ver tu jardín, y admiran tu trabajo, y también a ti.

Considera, mentalmente, las hermosuras de tu labor. Respira las fragancias, por favor imagina esa escena.

¿Qué tal resulta eso de ser un cuidador de tu mente?

Para experimentar el equilibrio, debes contemplar las tres zonas principales de tu jardín: yo, tú y nosotros.

Quiero decir que cuidando de mí mismo, cuidando de ti y cuidando de nosotros, el equilibrio se manifiesta, para entenderlo mejor:

Con el yo me refiero a mí mismo, El tú es el yo que hay dentro de ti, y que tiene mis mismas necesidades fundamentales. De manera que cuando pienso en ti puedo comprender las necesidades de tu yo.

Y el nosotros es la relación que existe entre tú y yo…y ese tú puede ser un miembro de mi familia, un socio, o un desconocido de otro continente, el vínculo energético, un seguidor, etc. la unidad.

La pregunta que te debes estar haciendo es:

¿Cómo cuidar de mismo?

Sencillamente cuando no cuidaba de mí mismo. Al principio, ni siquiera sabía qué era lo que no funcionaba, sólo que no estaba contento con mi éxito, ni con mi familia, ni con mis amigos, etc.

Había permitido que mi vida se desequilibrase.

¿Y qué debemos hacer entonces para lograr ese equilibrio con la ley de atracción?

Por fácil que parezca, hacer alto varias veces al día para dedicarte un minuto a ti mismo.

Un minuto no es mucho tiempo, y te preguntaras para qué?
Lo suficiente para llegar a ser totalmente consciente.

Debes realizar este simple ejercicio:

Mira el reloj y luego quédate quieto y callado. No mires otra vez el reloj hasta que te parezca que ha transcurrido un minuto, ni un segundo más, ni uno menos.
Transcurrido lo que creas ser un minuto, mira tú reloj. Te sorprenderás!!!

Cuando estamos callados, un minuto es mucho tiempo.

¿Y por qué hacer esta meditación de consciencia de un minuto?

Porque, en un minuto de silencio a solas contigo mismo, primero adquieres conciencia, de lo que estas haciendo, y luego puedes elegir si vas a buscar un camino mejor.

Además de las otras cosas que debes hacer para cuidar del yo, el tú y el nosotros, debes  invertir en ti mismo y en los demás ese minuto extra ¡Y esa es toda la diferencia!

Y te preguntaras ¿Cómo hago eso?

Sencillamente, pregunto al yo: ¿Existe, ahora mismo, una manera mejor de cuidar bien de mí mismo? Por extraña que parezca, funciona.

Cuando me detengo a considerarlo en silencio durante un minuto, a menudo encuentro esa manera. Y entonces lo pongo en práctica tan pronto como sea posible.

¿Y cómo consigues hacerlo con el tú?

Animando a ese tú (que es el yo que vive dentro de ti) para que vea que tú y yo somos parecidos.

Tú también necesitas hacer buen caso de ti mismo. Yo te invito a tomarte un minuto para detenerte y hacerte a ti mismo la misma pregunta en silencio: ¿Existe, ahora mismo, una manera mejor de cuidar bien de mí mismo y de mejorar mi vida?


¿Y cómo cuidamos de nosotros?

Invitando a cada uno de nosotros a tomarse el tiempo necesario para preguntarnos calladamente:
¿Estoy pidiéndole a la otra parte de nuestra relación que haga lo que es imposible (cuidar bien de mí), en vez de procurar que cada cual haga buen caso de sí mismo, lo cual permitiría que todos juntos tuviéramos una relación mejor?


Tomarme un minuto varias veces al día para detenerme y contemplar lo que estás haciendo es como conducir por tu ciudad y detenerte delante de los semáforos en rojo. Esos semáforos te ayudan a llegar con seguridad a tu destino.

Una vez adoptado el compromiso de hacer algo todos los días para cuidar de mí mismo, encuentro numerosas maneras de ponerlo en práctica. Basta con que recuerde hacer caso de mí mismo tan bien y tan a menudo como hago con otras personas.

De cualquier manera, cuando hago algo para mí mismo me siento atendido y eso me hace feliz.

Lo que hagas tú para cuidar de ti mismo posiblemente será distinto de lo que yo hago. En realidad,  parte de la satisfacción que proporciona el hacer caso de ti mismo consiste en descubrir qué cosas son las que te agradan en exclusiva.

Lo que yo hago para cuidar de mí mismo es usar mis audios mp3 subliminales diariamente, realizar mis ejercicios de meditación y practicar Aikido.

Pero, por lo general, siempre empiezo de la misma manera.
Primero me tomo ese minuto extra, al comenzar la mañana, para detenerme y preguntarme:

¿Existe para mí, en este instante, una manera mejor de cuidar bien de mí mismo?

Y esa respuesta me pone en sintonía con mi entrenamiento mental, conduciendo a un cambio en mi comportamiento o en mis patrones mentales más profundos.

Trátate a ti mismo como te gustaría que me tratasen los demás…

Sensei Diego

Entradas populares